Un terremoto en Bolivia puso, en 1998, a decenas de comunidades frente a la devastación. Las ciudades de Aiquile, Totora, Mizque o las comunidades campesinas de Antakawa, Loma y otras muchas fueron golpeadas por un sismo que dejó tras de sí casas destruidas y centenares de heridos o muertos.
La comunidad internacional envió todo tipo de ayuda, calculada en casi 30 millones de dólares. El gobierno de Bolivia, a través de Defensa Civil y del ejército, organizó su distribución y la reconstrucción. Al poco tiempo, comenzaron a circular historias sobre corrupción, robos, desvío de fondos y abusos.
Teatro de Los Andes, además de viajar a dichos lugares para recoger testimonios sobrecogedores y desesperados que se plasman en esta obra, estudió la historia de otros sismos.
Los abusos y robos, sobre todo, por parte de las autoridades, han sido una constante en los sismos de América Latina. Parece que, en cada terremoto, conviven el desprendimiento y el egoísmo. La mezquindad y la solidaridad.
REPARTO
Lucas Achirico, Gonzalo Callejas, Alice Guimarães y Dario Torres.
EQUIPO ARTÍSTICO Y TÉCNICO
Dirección y autoría: César Brie / Música: Cergio Prudencio, Luzmila Carpio, Bolero de Caballería de Sipe Sipe, Himno “Sanos y Fuertes” / Arreglos musicales: Lucas Achirico y Pablo Brie / Escenografía: Lucas Achirico y Gonzalo Callejas / Vestuario: Soledad Ardaya y Danuta Zarzyka / Objetos escénicos: Gonzalo Callejas / Técnico de luces: Ariel Hurtado / Técnico de sonido: Fabiola Mendoza / Asistente de dirección: Mercedes Campos / Producción: Teatro de los Andes.
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Duración: 70’
BOLIVIA